Think Tank de sustentabilidad de TI: La importancia de la medición para cerrar la brecha de sustentabilidad

Ahora es la norma esperada que las empresas tengan una estrategia de sostenibilidad, con una encuesta de YouGov que encontró que el 70% de los clientes de GenZ pagarán más por productos sostenibles. Sin embargo, a veces existe la sospecha de que los objetivos declarados no coinciden con el comportamiento, lo que lleva a las organizaciones a acusarse de lavado verde.

El sector tecnológico genera entre el 2% y el 4% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero. Y la Unión Internacional de Telecomunicaciones estima que la tecnología digital por sí sola es capaz de reducir las emisiones de carbono de todo el mundo en un 17 %.

Además, el trabajo de Ericsson sugiere que el sector tecnológico podría reducir aún más su huella de carbono en un 80 % si toda su electricidad proviniera de fuentes renovables.

La medición es crucial para cuantificar la brecha entre dónde está una organización y dónde quiere estar. Es decir, establezca una meta y luego desarrolle una estrategia de mejora continua e incremental. Reafirmar y aclarar la estrategia de una organización en términos mensurables establece el progreso.

Qué significa sostenibilidad

Fijar una definición coherente de lo que significa sostenibilidad no tiene por qué ser complejo: por ejemplo, la métrica común es la medida del CO de una organización2 (o CO2-equivalente) emisiones. Sin embargo, es especialmente difícil evaluar el impacto de las emisiones en toda la cadena de valor. Afortunadamente, ahora están surgiendo muchas más herramientas en el dominio de la sustentabilidad; herramientas como el Evaluador de Alcance 3 del Protocolo de Gases de Efecto Invernadero que apuntan a áreas potenciales de reducción de emisiones. Esto puede significar optimizar el hardware actual, migrar a la nube, rediseñar los servicios o las tres cosas.

Más contenido para leer:  Green Mountain se compromete a permitir que la granja de truchas en tierra haga uso de las aguas residuales calentadas de su centro de datos

Hay algunas ganancias rápidas potenciales con el hardware. Las organizaciones que todavía usan servidores y/o centros de datos pueden medir tanto su uso de electricidad como las fuentes de esa electricidad.

Utilizando datos disponibles públicamente, esto puede proporcionar un indicador suficientemente preciso de las emisiones. Una vez que esto está claro, hay varias opciones disponibles para reducir esas emisiones. Por ejemplo, se pueden adquirir y aprovisionar nuevos servidores con componentes más ecológicos.

Alternativamente, las organizaciones deberían considerar si realmente necesitan nuevos servidores. Eso evitaría poner servidores más antiguos en vertederos y, en cambio, reutilizarlos y readaptarlos. Otra opción es utilizar el hardware de forma más intensiva poniendo más carga sobre él de lo previsto inicialmente. Por ejemplo, un servidor que se ejecuta al 60 % de su capacidad tiene menos impacto que dos servidores que se ejecutan al 30 %.

Los proveedores de nube pública tienen múltiples incentivos para usar energías renovables y ser sostenibles, y es probable que casi siempre sean más eficientes energéticamente que un centro de datos típico. Por lo tanto, la transición a la nube producirá mejoras cuantificables en el desempeño de las métricas de sustentabilidad. Pero pasar a la nube debe verse como solo el comienzo. Los servicios nativos de la nube administrados pueden ser muchas veces más ecológicos que los componentes de aplicaciones equivalentes que se ejecutan en instancias de servidor IaaS.

Otro beneficio es que todos los proveedores de la nube tienen herramientas para producir datos cuantitativos de emisiones que se pueden usar para monitorear el progreso, como la huella de carbono de Google Cloud Platform y la herramienta de huella de carbono del cliente de Amazon Web Services (AWS); también existen excelentes herramientas de código abierto.

Más contenido para leer:  ¿Qué es Kyndryl?

Finalmente, mejorar la sustentabilidad de las prácticas de ingeniería puede ser más complejo y más cuestionado. Por ejemplo, el contexto en el que opera la organización tendrá una gran influencia sobre si la elección de, por ejemplo, Java es más sostenible que Python.

Las buenas prácticas de ingeniería, como el almacenamiento en caché perimetral, el almacenamiento de datos optimizado, la reutilización y la eficiencia del código casi siempre pueden tener un impacto positivo en la sostenibilidad. Las aplicaciones que requieren menos poder de cómputo usan menos electricidad, lo que en última instancia conduce a una reducción neta de CO2-como las emisiones.

Es importante tener en cuenta estos factores al elegir opciones arquitectónicas y seguir las mejores prácticas de ingeniería ecológica. Las ganancias pueden ser pequeñas a nivel del desarrollador, pero se vuelven claramente significativas cuando se amplían a niveles de producción. La medición cuantitativa es esencial para evidenciar esa mejora.

La sostenibilidad también se ha convertido en parte del vocabulario de DevOps como GreenOps, centrándose en mejorar la integración y la entrega continuas desde la perspectiva de la reducción de emisiones. Una parte crítica de este rol es agregar informes de sustentabilidad a los enfoques de cuadros de mando existentes, brindando a las organizaciones una ventana en tiempo real para cerrar la brecha de sustentabilidad.

La clave es gestionar los objetivos de los clientes y de la organización en todo momento, y tratar la sostenibilidad como un programa de transformación. Las organizaciones tendrán que pensar en grande, empezar de a poco y escalar rápidamente. Deberán tomar medidas enfocadas para establecer objetivos significativos y medibles de una manera ágil e iterativa.

Más contenido para leer:  Cern: Desafíos de la gestión de centros de datos GPU

Nuestro objetivo fué el mismo desde 2004, unir personas y ayudarlas en sus acciones online, siempre gratis, eficiente y sobre todo fácil!

¿Donde estamos?

Mendoza, Argentina

Nuestras Redes Sociales